lunes, 31 de octubre de 2011

Nubes Melancólicas de una Tarde Llorosa.

Y así,
Todo continúa,
Se perpetúa.
Nos partimos en pedazos hacia el cielo,
Nos despedazamos.

.Fragmentados.

Y no reconocemos nuestra cotidaneidad
Que en cada momento cedemos.
Reconocemos en el implícito,
Como que nadie quiere mirar; ni aceptar
Que los instantes repentinos
 Que nos construyen
                                                                                              Se nos desvanecen,
                                                 Desaparecen.

Y así, en cada pedazo
en cada fragmento de nuestro ser
Nos conformamos,
Nos basta.

Y de a poco nos desaparecemos,
Nos extinguimos,
Con las nubes como testigo
Sentenciamos nuestra existencia.

Y todos los miércoles,
y domingos en la tarde.

Despertamos un poco menos.

Lo difícil

A veces, lo correcto
Es lo más difícil;
Y duele
¡Mierda!
Duele.
A veces, lo correcto
Da miedo,
tirarse de cabeza, da miedo.
Al dolor.
Incluso cuando se hace,
Y duele,
Uno se pregunta: ¿valió?
¿Valió la pena?
Óyeme:
¿Este dolor, vale la pena?

Lo difícil,
El dolor;
Decisión.
Las decisiones son fáciles
A o B. Fácil.
Llorar y gritar
Uff..
¿Qué es lo "correcto"?
¿Qué es “lo que se debe hacer”?
¿Qué criterio ocupar?
¿Cómo, cuándo y por qué?

Tampoco el dolor es una máxima
Tan poco.

¿Valió la pena?
Óyeme.

Cobardía:
¡Ja!, la cobardía
Tan fácil
Quizá es un dolor más largo
Mucho más largo
Más tenue
¿Es esto un dolor más corto?
¿Es esto lo mejor?
¿Es esto?
¿Qué es esto?
¿Me oyes?
¿Estás?

¿¿Dolor??

A Modo De Justificación

¿Por qué el título?

Porque de eso se trata esto; de notas olvidadas al final de un cuaderno. De frases fugaces acaecidas en un instante inoportuno, de los más inocuos. De momentos, fragancias, insights: pensamientos.
Que de alguna u otra forma han venido a desembocar acá, en este continente. Un contenedor de imposibilidades, de sentimientos y escencias inalcanzables.


¿Por qué el nombre?

Porque es mi sueño, esto no tiene utilidad (¿sí?), es por ello que su fín último, en aquellos instantes en donde la vida me sentenciará a momentos olvidadizos (de esto), espero que esto sea un recado, un recordatorio. De que aún se puede, de que la vida es más, y de que en una tarde de domingo me decidí a crear, y que, por esas tardes de domingo, se puede mucho más.
Y quizá, a algun otro, a algun posterior, esto funcione como recado, de lo que aquí y ahora se intentó, de las convicciones que tuvimos uno(s). Una tarde de domingo.