sábado, 20 de septiembre de 2014

A contrareloj

Y ya es  muy tarde
las horas avanzan apuradas.
y parece que nada es suficiente.

Como una gota que se precipita hacia el vacío
(primero de forma tímida-casi-imperceptible, pero luego a-rrojada)
con la gravedad como conspiradora principal -y el sol, y la luna. Y las estrellas; el reloj, y el mundo-
todo parece fútil.

Pero reconsiderando:
Todo vale la pena;
es cierto, voy cayendo.
Pero, ¡mierda, que será una buena caída!.
Les demostraré cómo caigo, les demostraré qué es caer,
y mientras me abato en el descenso, no dejaré de luchar
no dejaré de desviarme,
de encontrar formas de bifurcar mi caída.

Y el vacío será mi refugio
y único testigo,
del final anhelado para un caer espectacular,
un salto deliberado sin paracaídas
hacia un desfallecer épico.

Es tarde, quizá,
pero todavía puedo corregir la trayectoria
y mientras el fondo no me alcance,
y los relojes no suenen:

Estoy.Vivo...