Las experiencias,
así mismo: efímeras, inocuas. intangibles.
Son lo único.
La fugaz singularidad que permanece
Ni todos los artefactos o vestimentas,
ni todos los usos y desusos
.impiden.
mas, sólo replican la posibilidad de algo
consistente.
Sólo generan la ilusión
de permanencia.
Al final, lo único que tenemos son los pasares y los pesares:
las risas y los suspiros.
Así, ni más ni nada menos.
Todo lo que pasa desapercibido,
entre un pestañeo y otro
aquello que ocurre entre que volvemos a tomar aire y suspiramos.
Es todo lo que tenemos.
Todo lo que hay:
La importancia de la in-importancia.