Hoy he despertado con gusto a ti
Quizás fue un sueño,
O quizá es la brisa matutina,
Pero el olor a pan tostado no me lo saca nadie de los dedos,
O ese gusto a té de manzanilla hirviendo, con dulce, que tengo pegado atrás, allí, en el paladar.
¿Por qué me siguen estas sensaciones?
Camino y miro el cielo,
veo nubes con formas de comidas, dulces, aquellos de los sábados en la mañana
O esos del viernes por la noche (Esos que sabían a nuestros dedos; a victorias, a derrotas y lujuria).
¿Por qué hoy?
Y entre la gente me atrapa un olor a café de grano,
De esa cafeína que te caía mal, pero que me hacías de todos modos, con mucho gusto (¡con mucha azúcar!). Ese olor a la tele prendida y de ti, moviéndote, moviéndote en la cocina. Sirviéndome. Preocupada.
¿Muy tarde?
Y quizá lo único que lamento, es no tener una mirada cómplice, un "vamos, TÚ PUEDES". O cuando me esperabas despierta, preocupada, como siempre. Y me hablabas, y hablabas, y hablabas.
Y Preocupada, ocupada y preocupada y siempre tan estresada
¿Dónde estás?, ¿Donde te metiste?
Porque no te encuentro, no te veo al otro lado del reflejo...estoy seguro. Sólo yo y ... sólo yo.
Ni en la lluvia, con esa sonrisa entre tus mejillas abultadas, ni en el invierno con esos ojos caprichosos asomados entre aquellas pecas tan traviesas. Tampoco te hallo en el sillón donde solíamos; ni acá, ni allá, ni si(-)quiera. Ni, sí, quería.
Sólo es yo, porque ya no estás,
Y sólo hoy sólo soy yo,
Porque somos,
Somos sólo, solamente
Ecos en el silencio
p.d: no es una mañana, han sido varias ...meses. Y no me lo puedo sacudir, pero quizá tampoco nunca jamás lo haré. Porque no se hace, porque no sucede. Y esto es así...pero la garganta sí aprieta...a veces, y los recuerdos se hacen amargos o idílicos (según la perspectiva).... a veces.