miércoles, 30 de noviembre de 2011

Ella, la bailarina

Como una libélula, transforma el espacio, y se mueve
Bailando de un lado a otro
Sus caderas guían la percepción,
Sus piernas, el tiempo.
Ata mi existencia en la percepción, y a mis pensamientos.
¡Oh!.
Mis deseos a mis suspiros.
Allá va, se transforma en una mariposa y vuelve a elevarse
Y aunque no puede dirigirse, ya
Las energías escasean
Ella baila.

Baila el baile más hermoso, el vals más melancólico de todos, nunca jamás visto, nunca.
Y no importa cuánto tiempo pase en su develar, en su desgaste,
En lo que expresa su último llanto, que transforma en rebelión final (Su redención).
De aquella escencia más pura y trascendental
Pero que comprueba -eventualmente- frágil y tangencial.

Miran la, allá va, así se mueve, como una hormiga en un estadio;
Intocable, inalcanzable: imperceptible...Ignorada.
Allá se queda, alojada en mis recuerdos, en donde no hay nada
Sólo lo que su baile gestó, su recuerdo ininteligible.
No, no es nada, salvo la angustia de una imagen imposible.

Y miren la, miren la, como se mueve
Porque ella baila en solitario. Baila lánguida en murria y evocación,
Porque nadie más está, porque los demás ya no están
No hay nadie para contemplarla, no
Y la soledad, su compañía más terrible, es su única observadora.

Y la luz del escenario la ilumina
Y no hay nadie para aplaudir
Ni nadie que toque los instrumentos al son de sus movimientos ajados.
Pero ella sigue bailando,
Sabiendo que a cada paso hay menos escenario,
Sabiendo que los observadores no están,
Que ni los músicos, que ni la gente,
Que ni nadie más.


Pero baila, baila
Miren la, como ella baila.
Y se mueve, en compañía del triste escenario, con la única luz en escena.
Y aunque su cuerpo esmirriado no la pueda aguantar,
Los pasos valen la pena;  marcan lo que fue y lo que no se quiere dejar
Lo que ella nunca quiso, y por lo que ella bailó hasta el final.

Y ya nada queda, ni su cuerpo, ni su baile
Sólo un recuerdo, un recuerdo de un baile amargo, el vals más triste
Porque la bailarina ya no baila, y la música se extingue en el tiempo
A medida que el mundo avanza, y el escenario se olvida; el polvo
Y su recuerdo se borra.

Y ya no hay libelulas zurcando el cielo; porque las mariposas no quieren volver a volar.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Origami

Me miras desde el otro extremo de la habitación
Tímida, cabizbaja.
Y no te puedo decir nada
-No sabes cuánto, cuánto lo deseo-
Entonces, te ignoro, juego a que no estás.
Y mientras finjo concentración, tus ojos, me clavan
Haciéndome dudar
Haciéndome olvidar.
¿Que le pasa a tus alas?
¿Por qué detienes tu vuelo, justo aquí?
¿Justo ahora?.

Lo siento, ¡Lo siento!
No puedo hacer nada.
Las palabras, esas, no quieren salir.
Se agolpan en mi garganta
Y rebalsan mis intestinos con emoción.

Y es entonces, cuando creo
Que quizá una mirada sea la clave, necesito de un gesto de aceptación
Para ti, para con tu mirada.
Pero no, no me lo puedo permitir
(¿¡Cómo no!?), ¡¡es muy fácil!!
Aunque lo intente, no puedo apartar los ojos de mi actuación
De que finjo-que-te-ignoro,
De que finjo-que-no-sé.
Pero poco a poco lo entiendo,
Que no hay que decir nada,
No hay que hacer nada;
Porque cerramos un contrato espacial, sellado en el silencio
De que yo seguiré aparentando
Y tú seguirás estando.
Y así será por siempre, hasta que uno de los dos (...)
Y así seguiré fingiendo,
Porque puedo ver que en tu cara se asoma una sonrisa, un atisbo de risa.
Y con mi ignorancia, te respondo.

Sabemos
Ambos
Que el pacto
Está
                                                                                                                                                Firmado


sábado, 5 de noviembre de 2011

Arrojo

Vete fantasma,
Los miedos ya no cumplen.
Dile a mis demonios
Que los espero, 
Que esta vez
Soy yo quien se esconde
Bajo la cama.

p.d: qué cambio, ¿no?. Alguien me dijo por ahí que sentía en mis escritos (llamese como se les llame) algo así como "desesperanza aprendida". Me hizo pensar bastante, pero lo único que puedo decir, es que aun no  aprendo a desesperarme. Lo siento.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Asunción

Y resbalo otra vez hacia el cielo
Como rebotando en cada nube,
Y el viento sujeta mi cara
Y me cuida de precipitar.
¿Qué es esta sensación vertiginosa
Que me impide caer?
Déjame chocar, ¡déjame morir!.
Como una paloma surca el cielo
Caigo celestial.
Y el viento ya no me sujeta
Y ya no siento las caricias.
¿Donde está el final
de esta inmerecida defenestación?
¿Quién es el culpable
del destierro inapelable?.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Promesas

Y detrás de la promesa...
No había nada;
Las utopías imaginarias
Condensadas en la represión instinto-libidinal,
Que tanto tiempo maduró
Y guió mi devenir,
Se desenvuelve en sorpresa.
Mientras la angustia y la decepción
Estallan
Confrontándose al triste imaginario
Que es la promesa,
Entiendo, lentamente,
Que sólo fueron palabras,
Que el límite de la realidad
Se disuelve,
A medida que mi subjetividad
Revienta.


Y renazco
Depresivo.


p.d: poema hecho en una clase de psicoanálisis...¿se nota?

martes, 1 de noviembre de 2011

Llueve hoy

El viento sonroja a los desnudos Ángeles,
Acaricia su melancolía
Recordándoles su inmortalidad.
Su bendición de ver morir lo que aman,
Lo que se les obligó a amar.

Sufriendo el padre, sufriendo el hijo
...Llora la creación

El rencor empaña sus ojos;
Envidian apreciar lo momentáneo
Vivir lo temporal, desear lo imposible
¡Hormigas ignorantes!.
Deben amar lo que odian.

Los grilletes aprietan cada vez más sus plumas
A medida que la envidia se vuelve melancolía
De un sueño in-soñable
¿Quién es el ignorante ahora?

…y precipita