lunes, 14 de diciembre de 2015

centiMETROS

De espacios imposibles:
en tan pocas pulgadas tanto aire.
Estábamos a sólo a un gesto de distancia,
sin embargo a tantos nudos del c(alor)ontacto.

No puedo creer que te conocía.
y es que te observo a mi lado, y no te reconozco.
Sin embargo el mismo olor.
¿donde esta la persona de la que me enamoré?.

Lloras desde el asiento del copiloto,
y se que un abrazo pudiese sanarlo todo.
Pero mi brazo ya no es tu cobijo.
Ni mi cobijo está en mi brazo.

Tampoco me reconozco.

Son tan pocos los centímetros, sin embargo tanta la distancia.
¿donde estas, mujer?
¿donde nos perdimos?
¿quienes son estos extraños que pelean en el auto? ¿y por qué no arreglan todo como solíamos?
¿qué pasó en el camino?
¿y las risas?
¿y las promesas?.

Que alguien me explique, por favor, por qué esto es tan injusto,
a quién debo explicar todo lo que queda por hacer.
Los planes que ya no podrán ser.

Debe haber un error, Guión. Algo no está bien.
Detente, detente un segundo. déjame respirar.
Que (se) me (ava)lanza la vida a puntapié.


Solo te pido una cosa, Guión,
respóndeme.
Respóndeme,
Por Favor:
¿Qué pasó en el camino?

lunes, 7 de diciembre de 2015

Humo y Espejos

Los ojos que me miran impactados
no percatan la fragilidad de las piezas que
(todavía) me mantienen en pie.

Las pupilas dilatadas observan las cicatrices,
se detienen en aquellos detalles vergonzosos.
Y al ritmo de uno que otro suspiro: siguen sin comprender
que la persistencia de la unión en este cuerpo no es sino
pura casualidad.

Es que la imagen del espejo no entiende,
que el cuento contado resultó ser ficción.
Que todas las expectativas se quebraron por un sólo acto.
Que insomnios completos de meditación y contemplación se extinguen con un avanzar individual.
Esa singularidad categorica de la cual no hay retorno.

Avanzar sin poder retroceder.

Y ya todo es distinto.
Y ya no quedan más historias, ni los ecos que pululaban en el recuerdo se hacen presentes.
El resto es silencio, el resto es tragar saliva. Apretar los dientes.
El resto es suspirar.
Pestañear.

El resto es esperar que puedas seguir manteniendote
.En pie.





miércoles, 2 de diciembre de 2015

Ajedrez

1

Me quedas mirando sin parpadear.
sé lo que estas haciendo:
analizas cada centímetro de mi cara,
mientras juego a fingir seriedad.
Lees todo lo que pienso, incluso, antes de que yo pueda saberlo.

Sabes que no sé.

Decido responderte aireado, con convicción.
Y estudio tu respuesta, observo tus ojos, inamovibles
indemnes. Con una respiración firme y agitada.


Debo haber llegado tarde al curso de mentiras
porque simplemente no me nace.
Y es que me siento tan cómodo con la verdad.
Por eso en este momento te odio, amada amiga.

Me conoces demasiado bien.

Recuerdo no morder mis labios y adelanto otro paso.
¿¡a caso quien crees que eres!?.
¡No puedo retroceder!.
(me repito).

Pero sigues inmóvil, cual alfil.
Flanqueando todos mis ángulos.

Me debato, y en tu silencio medito si me he equivocado.
Si quizá era otra la jugada.
Segundos-infinitos-de-sudor-ofuscado, e inseguridad(es).

Pero me salvas:          respondes.

Y ya no se qué hacer, miro tu jugada y te contemplo mudo.

¿Realmente?

Me giro, miro el cielo. Miro el infinito y suspiro.
(Espero que el aire me ayude con algo).
La lluvia lava mis lágrimas, es cierto.
Los autos marcan el ritmo con sus pasares,
arrojando agua a la vereda.

Me doy vuelta, y lo tengo claro: No hay más.

Boto el rey.

Tu ganas.

Esto se termina.

(Felicidades.)



2


Pero soy un pésimo perdedor:


                                                         Hasta nunca.